La finca de Mezzana abarca la
mayor parte del territorio jurisdiccional de Coldrerio y otra parte importante
de la de Balerna y Castel San Pietro, que ocupa más de 400.000 metros
cuadrados. El Instituto Agrícola Cantonal (IAC) de Mezzana, creado en 1913
gracias a una donación de Pietro Chiesa, es utilizado desde entonces por la
empresa y escuela agrícolas de la región.
Nuestra propuesta aspira a
convertirse en una intervención optimista capaz de cualificar la institución,
dotando al complejo de edificios (Villa Cristina, ex Torchio, Dormitorio,
Scuola, Cantina) de un orden de conjunto mediante la correcta articulación con
el paisaje de Mezzana. Según las bases del concurso, tres son los objetivos
principales de la intervención: el diseño paisajístico de los espacios
exteriores, la restauración y rehabilitación del edificio de Villa Cristina, la
renovación y ampliación de la cantina (bodega).
Paisaje y territorio
«
El
Ticino es un paisaje de viñedos, bancales y luz
»
Los
bancales de las villas ticinesas. Resulta imposible disociar la imagen de las
villas ticinesas de las plataformas verdes y ajardinadas que las anteceden. En
el caso del Istituto Agrario Cantonale di Mezzana, el principal elemento
definidor del paisaje del conjunto son las grandes superficies verdes
aterrazadas frente a Villa Cristina. El proyecto plantea la extensión de esta
configuración topográfica al paisaje
norte del Ex Torchio y sur de la cantina, lo que produce una
artificialización del paisaje y una naturalización de la arquitectura,
evidenciando el binomio hombre-naturaleza. Con ello se consigue una integración
paisajística y una eficiencia funcional, ya que las plataformas permiten dar
acceso rodado directo al interior del edificio antiguo y ampliación de la
cantina.
Los
bancales de las villas ticinesas. Resulta imposible disociar la imagen de las
villas ticinesas de las plataformas verdes y ajardinadas que las anteceden. En
el caso del Istituto Agrario Cantonale di Mezzana, el principal elemento
definidor del paisaje del conjunto son las grandes superficies verdes
aterrazadas frente a Villa Cristina. El proyecto plantea la extensión de esta
configuración topográfica al paisaje
norte del Ex Torchio y sur de la cantina, lo que produce una
artificialización del paisaje y una naturalización de la arquitectura,
evidenciando el binomio hombre-naturaleza. Con ello se consigue una integración
paisajística y una eficiencia funcional, ya que las plataformas permiten dar
acceso rodado directo al interior del edificio antiguo y ampliación de la
cantina.
Villa Cristina
«
La
planta distribuye la función, los techos distribuyen la historia
»
Pocos edificios reflejan
mejor la historia de Coldrerio y de la Azienda Agraria Cantonale di Mezzana que
Villa Cristina. La primera noticia de la existencia del edificio data de 1543,
cuando era propiedad de la familia Torriani. Sucesivas transformaciones a lo
largo de los siglos hicieron del edificio un palimpsesto de la propia historia
de Coldrerio y del Ticino: las familias Raimondi, Cazzola, del conti Mugiasca …
se suceden a lo largo de los siglos hasta que en 1836 el proyecto del ingeniero
Gaetano Bagutti di Rovio previene un gran ala septentrional.
La configuración de Villa Cristina es volumétricamente sencilla e
interiormente compleja. El proyecto plantea la recuperación de los volúmenes
originales de las salas abovedadas, evitando compartimentaciones innecesarias y
eliminando todos los falsos techos actuales. Nuestra propuesta parte del
reconocimiento de la singularidad de la configuración del edificio en planta y
en sección, mediante una doble estrategia que responde a la necesidad de
adecuación funcional del edificio y de lectura histórica del mismo. El criterio
arquitectónico esencial:
La
planta distribuye la función. Las particiones en las salas que deben alojar
dos programas diferenciados se resuelven con muebles fijos de 2.20 m de altura
que no tocan el techo: dan continuidad visual al espacio y resuelven la
compartimentación programática, sin interferir con la geometría de bóvedas.
Estos muebles son cajones funcionales que estructuran la planta y alojan
instalaciones, armarios y espacios servidores de las habitaciones adyacentes.
La
planta distribuye la función. Las particiones en las salas que deben alojar
dos programas diferenciados se resuelven con muebles fijos de 2.20 m de altura
que no tocan el techo: dan continuidad visual al espacio y resuelven la
compartimentación programática, sin interferir con la geometría de bóvedas.
Estos muebles son cajones funcionales que estructuran la planta y alojan
instalaciones, armarios y espacios servidores de las habitaciones adyacentes.